Detrás de escena

Hola. Mi nombre es Rubia, Rubia Tarada. Tal vez me recuerden de alguna canción. Pues bien, ni tan tarada, bronceada ni aburrida, cada vez me da más asco tu sociedad. Tengo veinte años que, si bien para el tango no son nada, para mí no son poca cosa. 

Escribo porque nunca ahogo mis penas en copas de alcohol y porque casi siempre que tengo penas para ahogar tengo la computadora a mano. Delirios de la vida moderna.

La historia de mi vida es la de la Avenida Corrientes: gente que va, gente que viene, gente que entra y que sale. Me reservo el derecho de admisión y permanencia, pero permito fumar en mi espacio cerrado. No me gusta dar explicaciones, pero a veces me gusta que me las pidan. Aborrezco la vida prefabricada, esa de nacer-crecer-reproducirse-morir, incluyendo instituciones como el matrimonio, los sacramentos de la religión en la que me inscribieron, la televisión y el respeto que se promueve a los títulos.

No hecho raíces, nunca aprendí y ya no quiero aprender. Estoy convencida de que estoy acá de paso y que todo está de paso en mí. Mi carrera, mis parientes, mis compañeros, mis libros, mis discos e incluso los recuerdos que de a poco voy aprendiendo a olvidar. Me considero una pasajera (en trance) en tránsito perpetuo, viajando no sé con qué destino. 

Aunque a veces quiero tocar la guitarra todo el día y que la gente se enamore de mi voz, cada día me siento más segura y enamorada de mi carrera. Es en ella donde pongo la mayor parte de mi energía. Ya se enterarán por qué.Tengo ganas de recibirme y viajar un tiempo para ver el mundo en el que vivo y no conozco.

Hago de las asociaciones libres un culto y tengo un humor bastante particular. No me convence ningún tipo de política, ni el demócrata ni el fascista. Me tocó ser así por esas cosas de la vida, por cobarde, por valiente y por rima. De las religiones conozco poco y poco me interesan. Pensé varias veces en renunciar de derecho a la católica pero me dio vagancia. Además, las iglesias siempre están cerradas.

Me voy a tomar una ginebra con gente despierta.

(Ya quisiera)